Está en ti
mientras el sol te aplasta al mediodía
y la calle ya no te conoce
cuando hablas y te ríes por tercera vez en la semana:
está en ti.
Si huyes y te sumerges en la muchedumbre
o si en la oscuridad te escondes:
está en ti.
Despiertas, y está en ti
con el sabor del sueño en tu garganta
y con el hambre de no tenerlo.
Las aristas de los meses que no cuentas,
fluyendo siempre,
dividiendo tu corazón y tus raíces,
negándolo tres veces en un día: está en ti.
(ab-ch)
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