¡Como vivir en una cajita de cristal?
--- desde pequeña vi la vida desde otra perspectiva,
era una vida muy sencilla, jugaba, leia,
compartía con mis amigos,
en verano nos íbamos a la playa de Papudo
allá nos levantábamos muy temprano
hiciera frío o calor igualmente nos poníamos traje de baño,
bajábamos a jugar en los roqueríos o
en la playa de los chanchos
íbamos a sacar jaibas, juntar conchitas,
a molestar a los pobres pulpos o
a apretar a unos potos de mar
incluso sacar soles y estrellas de mar
y si salía fuertemente el sol
nos bañábamos en las pocitas
que se formaban entre los roqueríos,
luego subíamos a almorzar, reposábamos
y nuevamente bajábamos
esta vez íbamos a la playa chica
en donde nos quedábamos hasta muy tarde
casi hasta la huida del sol,
llegábamos a casa,
nos duchábamos con agua fría en el patio
para no dejar con arena los baños internos de la casa,
enjuagábamos nuestro trajes de baño los colgábamos,
y nos vestíamos para tomar la once-comida
y luego, nuevamente salíamos
ya fuere a los raja-pantalones (así le decíamos al bosque que estaba al lado de la casa, era un bosque de pinos con buena pendiente y eso nos servía para lanzarnos sentados en cartones deslizándonosos hacia abajo,
en el trayecto algunos quedábamos tirados en el camino,
se nos salía el cartón y se rompía el pantalón,
otros chocaban con los pinos
y los más afortunados llegaban a la playa con el vuelito,
era realmente maravilloso),
o sencillamente a caminar por la terraza,
mis amigos de entonces eran también especiales,
en realidad eramos todos especiales,
eramos cuatro ( Tere, Juan, Lalo y yo),
dos hermanos, su primo y yo,
eramos el cuarteto intrépido;
eran las mejores vacaciones que un niño podía tener,
no peleábamos, jugábamos hasta el cansancio,
inventábamos una y mil cosas, eramos muy felices.
Ahora en la actualidad miro hacia atrás
y me reconforta haber podido disfrutar de una niñez feliz,
acompañada, y con niños de mi edad.
Hoy cada uno ha formado su familia,
a tomado rumbos distintos
y espero no equivocarme,
espero que al igual que yo
tengan atesorado aquellos momentos
de entretención sana que compartimos por tantos años,
quiero decirles que están en mi corazón,
en mis recuerdos y que cada vez
que vuelvo a ese pasado mi vida florece al recordarlos.
(Derechos reservados Marisol Fuentealba C.)
