Jueves, 2 de febrero de 2012 a la(s) 0:17
Si tú me miras, yo me vuelvo hermosa,
tengo vergüenza de mi boca triste,
de mi voz rota y mis rodillas rudas;
ahora que me miraste y que viniste,
me encontré pobre y me palpé desnuda.
Yo callaré para que no conozcan
mi dicha los que pasan por el llano
en el fulgor que da mi frente tosca
y en la tremolasión que hay en mi mano...
Es de noche y baja la hierba el rocío;
mírame largo y habla con ternura,
¡ que ya mañana al descender el río
la que besaste llevará hermosura !.
(GM)
tengo vergüenza de mi boca triste,
de mi voz rota y mis rodillas rudas;
ahora que me miraste y que viniste,
me encontré pobre y me palpé desnuda.
Yo callaré para que no conozcan
mi dicha los que pasan por el llano
en el fulgor que da mi frente tosca
y en la tremolasión que hay en mi mano...
Es de noche y baja la hierba el rocío;
mírame largo y habla con ternura,
¡ que ya mañana al descender el río
la que besaste llevará hermosura !.
(GM)
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