Domingo, 29 de enero de 2012
Desde el umbral de un sueño me llamaron....
era la buena voz, era la voz querida.
¿Dime, vendrás conmigo a ver el alma?...
Llegó a mi corazón una caricia.
Contigo siempre...y avancé en mi sueño
por una larga, escueta galería
sintiendo el roce de la veste pura
y el palpitar suave de la mano amiga.
(Machado)
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