Luna que me viste a la distancia
y decidiste venir a acompañarme,
delicadamente bajaste
por tu escalera de nubes sin igual.
Te acercaste sigilosamente
hasta abrazarme enteramente,
alumbraste todo a mi alrededor
con gran goce,
te adueñaste como un veneno luminoso,
inundaste todo el espacio
con tu luz viva.
Luna que me miras y piensas
querrás al agua en su totalidad,
a las nubes danzantes,
al silencio ensordecedor
y a la noche apasionada,
querrás al mar inmenso y envolvente;
al lugar en donde ya no esté.
Luna me tendrás en sueños,
me alojaré en tu mente
para que me recuerdes
aún cuando ya no me veas;
iluminarás mi sendero
y acompañarás mi sentir
hasta la eternidad.
(mf)
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