Acá está mi alma plena, tranquila,
gozosa de tanta felicidad.
Cada amanecer es una alegría infinita
y cada atardecer
una reflexión de amor.
Los colores, las formas, las texturas,
las sensaciones sin fin,
todo aquello que deslumbra a mi tierno corazón
que permite dar gracias a la vida
y soñarla aún más allá,
sin restricción.
Acá está mi alma plena, tranquila
gozosa de tanta felicidad,
esperando la entrada al paraíso terrenal.
(Derechos reservados Marisol Fuentealba C.)
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