Caminando por antiguas calles de la ciudad
busco refugio sin parar,
en una cuadra de por allá
logro un transporte tomar
esperando que mi familia
pueda este autobus alcanzar;
la gente está anciosa,
asustada y muy excitada,
de pronto los veo al pasar,
los llamo y corren hacia a mi,
suben y continua el viaje,
luego en una avenida principal
nos bajamos para caminar,
nos encontramos con un mar de personas,
todos jóvenes
están acostados en el suelo mirando hacia el cielo;
aún queda luz del día
aunque ahora ya comienza el proceso natural,
el eclipse es fatal,
un manto de obscuridad nos envuelve por completo
y el asombro es infinito,
le pido a mi hijo menor que no mire fijamente al sol
aquel sol que cambia de azúl muy obscuro a negro,
todos estamos asombrados por dicho acontecimiento
y ahí estamos esperando el nuevo amanecer.
(Derechos reservados Marisol Fuentealba C.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario