Mucho,
muchísimo mas allá de mi ventana
puedo ver el escondite del sol,
viajo hacia el para sumergirme en su calor;
mas allá de mi ventana
las gaviotas danzan libres,
las flores abren sus pétalos
y las abejas beben su néctar;
mas allá de mi ventana
el aire se torna mágico,
te envuelve con su manto de ternura,
te invita a navegar entre sus brazos cálidos;
mas allá de mi ventana
las lágrimas del cielo fecundan la tierra,
dando vida a la belleza natural,
extasiandonos con su abanico de interminables colores
e invitándonos a su mística sin final;
mas allá de mi ventana
todo parece irreal
ahí contemplamos el principio
y presenciamos el final.
(Derechos reservados Marisol Fuentealba C.)
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