Me di cuenta
del grado de generosidad tan potente
que poseemos algunas personas,
más allá de sufrir por no tenerte a mi lado,
tocarte, escucharte, olerte, contemplarte,
el corazón sólo habló nítidamente
y prevaleció la razón,
ante tu ir y venir de la realidad
y de tu frágil vitalidad,
creí que el dejarte ir era lo mejor,
por eso te pedí que cerraras tus ojos y descansaras,
que no te preocuparas
que yo iba a estar bien.
"descansa, ya nos volveremos a ver,
recuerda nuestra promesa
en tantas conversaciones sin fin,
nos comunicaremos aún desde el mas allá
tu o yo nos haremos notar
y nos acompañaremos en la eternidad";
generosidad recíproca,
energía total de un amor limpio,
sin fronteras ni dimensión.
(Derechos reservados Marisol Fuentealba C.)
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